Los Ojos Del Tigre
02/06/2025
En lugares remotos de Tailandia la gente anda a canoa en ríos angostos encerrados por vegetación espesa.
Y entre la maleza ancha se ocultan depredadores enormes.
Máquinas de matar perfectas.
Doscientos kilos de músculo y cartílago y huesos densos como la piedra y fuertes como los robles.
Colmillos de acero y una mirada de fuego.
Y la gente tiene que llegar a la ciudad a comprar provisiones y las carga en las canoas finitas que se mueven lentamente por el agua calma remando con remos largos que no tocan el fondo.
Y los tigres acechan.
Acechan a los hombres flacos que buscan ganarse la vida yendo y volviendo del área urbanizada por los caminos remotos que se ocultan solos.
Y ellos les tienen un miedo y un respeto sano a estas bestias, porque saben que en su mordida se puede deshilachar su carne como un muñeco de trapo atrapado en los engranajes de una máquina precisa.
Y usan máscaras
Pero no para tapar sus caras.
Usan máscaras
Se las colocan en la nuca
Se pintan ojos detrás
Así a la lejanía los tigres piensan que son observados
Y los hombres saben que un buen cazador solo ataca cuando el elemento de la sorpresa le favorece.
Y los tigres saben esto.
Y así llegan las provisiones a las aldeas que sobreviven en medio de la selva húmeda.
Y una mirada falsa es más fuerte que cualquier arma.
Y una mirada falsa pesa más que la fuerza de casi todos los tigres.
Y una mirada falsa alcanza para apaciguar las llamas del fuego que se oculta detrás de esos ojos filosos.